Los textos escolares han contado a cuatro generaciones de españoles el ideario con que el propio sistema quiere que se le identifique y, por lo tanto, resume así sus postulados ideológicos:
Existen unos silencios clamorosos que llaman la atención...
En el texto de Porcar y Riera (Mallorca, 1919) se plantea una propuesta explicativa de la derrota del 98 que “hizo que nuestro ejército no pudiera resistir”. En la enciclopedia de Dalmau (1922) un eufemismo sustituye cualquier mínima información de los hechos, y se afirma que “...estas guerras de Cuba y Filipinas nos acarrearon otra con esta nación EEUU y España se vio obligada a pedir la paz”. El mito de una escuadra compuesta por barcos de madera (lo cual no era cierto) se siguió explotando y se decía que “el Gobierno la ordenó salir, y sin luchar porque carecía de medios defensivos, la escuadra yanqui la hundió”.
En los textos escolares del franquismo, la característica común es la propia desaparición de la guerra del horizonte de los sucesos históricos. Y por supuesto, la inexistencia de la Guerra implica la inexistencia de la propia derrota. En 1949 se resuelve la cuestión de la siguiente forma: “...perdiose durante la Regencia las islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas”. En 1965 el texto de Historia de Editorial SM, al referirse al imperialismo yanqui, dice: “En 1867 la Unión compró Alaska a Rusia, pero sus verdaderos intereses estratégicos estaban en el Caribe. Por eso apoyó la insurrección de Cuba contra España, y con un fútil pretexto intervino en la guerra. Su escuadra venció a la española, y en el tratado de Paz de Paris (1898) arrebató a España, Puerto Rico, las islas Filipinas, la isla de Guam (Marianas) y Cuba”.
Parece como si se quisiera hacer desaparecer el propio hecho histórico de la guerra o se pasara de puntillas y con vergüenza los años siguientes...
La deformación o el silencio acerca de los hechos históricos persigue generar falsas apreciaciones o juicios de valor cuyo objetivo final es construir sentimientos de victimismo, añoranzas del pasado, etc., en vez de proporcionar información contrastada para elaborar, con criterio, juicios fundados y maduros.