Durante el bloqueo de Santiago, Cervera se vio en la necesidad de contratar 21 fogoneros cubanos para atender la necesidad de algunos de los buques de la escuadra. Todos ellos sobrevivieron al combate naval y, una vez prisioneros en los Estados Unidos, el almirante realizó las gestiones para que pudieran ser repatriados a Cuba, ya que se encontraban en una situación anómala, al no ser españoles y ser prisioneros de la misma nación que ejercía (desde ese momento) la soberanía en Cuba.