De la idea que tenía el Gobierno sobre la situación real en que Cervera y Santiago de Cuba se encontraban en 1898, un claro exponente es el telegrama puesto por el General Correa, Ministro de la Guerra, al General Blanco, Capitán General de Cuba, en aquellos días y que no tiene desperdicio:
(Recomiendo leer este disparate mayúsculo una vez más, porque aún no me lo puedo creer, escrito por el Ministro de la Guerra...).
Y el comentario que he seleccionado para rematar al anterior lo escribió el almirante Luis Carrero Blanco, que decía:
Ahora se puede entender mejor cuando Cervera se quejaba de que no sólo no sabía cuál era su misión específica, sino que desconocía los planes del Gobierno, y ninguno de los almirantes de las diferentes escuadras tenía instrucciones, y los que las tenían, pecaban de irrealizables.